1) - La calle del ombú:
-Acá no se fia.
Afuera un cadaver recien echo. -Sále, lo mira como si proclamase revivir esa
sensacion, la misma que sintio al aniquilarlo con un juego de palabras que son inefables
para cualquier ser sobre la orbe.
-"eso significa que volvió"... Quiza esté a punto de reclutar un pensamiento.
Nada bueno puede salir de un animal. Al menos en este momento.
La mirada se entivia, se baja el cierre del pantalon y orina sobre el cadaver.
Sin quitarle la mirada, de nuevo retumba la frase:- "eso significa que volvio".
La calle sí que está fria, congelada. Los postes de luz de la cuadra
iluminan la escena, o al menos lo intentan, por que es ese su trabajo. Pero esa parte, justo esa parte de la vereda esta a oscuras. La penumbra es por los arboles túpidos que impiden el paso de la luz, además de que las noches en este lugar son muy obscuras. La luna, muy peresoza, a veces se reusa a convidar todo su resplandor.
Es muy importante la luz en la noche, pero para él es mucho mas importante la oscuridad. El lado oscuro de la cuadra, para cometer su deseo primitivo.
Un mar de sangre y tripas empapan la vereda. Y Por más que no hay viento, bailan las sombras de una naturaleza atacada por heladas nocturnas de un invierno en el fin del mundo, dotando de un aire
descomunal al suceso... Y él? - no quiere pensar... o no puede?!
Debe ser muy duro dar muerte a algo y querer pensar al mismo tiempo.
¿Como se siente asesinar? ¿Que sienten los asesinos? ¡¿Y los que comen las sobras?!
Un segundo despues nos rebela su rostro: Parece un tipo deshilachado por la angustia
de una vida al servicio del hambre y la sed. Las ojeras delatan su espiritu noctambulo.
Lo cual nos da la pauta de porque lo tenemos hoy, ahora, acá, esta madrugada. -¡Si nadie más existe en estos sucios rincones, inmunes suburvios, falaces baldozas de un tiempo estancado!-.
Puede ser que los placeres lo hallan demacrado?
Puede haber sido tambien alguna que otra superstincion?
O su vicio por lo facil?
No puedo pensar en algo peor. Él directamente no puede pensar...
Sospecho que continuo su camino sin reprocharse ni siquiera un adios, ya que su amargura quedo tendida afuera.
Ahora que lo pienso, como espectador... me da cierto sentimiento de culpa. Me siento como si estuviese alli, siento responsabilidad, quizas placer por despellejarme lentamente el alma.
Sospecho tambien, hay indicios de que ese deseo se cumplió...