El dolor, la furia con la cual golpea la sangre al entrar al corazón y percibir que no es el centro del mundo, sino otra estación de un infinito transito. Una ciudad como cualquier otra, pero adentro. Un lugar de los miles de millones que habitan un lugar espacio cuerpo; porque luego de la multiplicación, de las partes saltando en más partes, despues de las uniones, bodas, casamientos, el aire se estabiliza en un aparte perfecto, donde la vida de uno, es uno mismo...sin otro apoyo que la aventura. Y dentro de un racimo de uvas caben todos los deseos. La piel cruje y los dientes entierran dentro de una gota los caprichos de la luz, suaves destellos que descubren a los ojos que pueden mirar con placer y sin rabia.
Hay estados, paises y provincias que caen dentro de su boca mojada por caricias y toqueteos que van más acá, esa piel suave, la unica que calmo verdaderamente eso que despues tuvo otro nombre... Y la cabeza se abria en partes, en dos, en tres, en millones de partes quebrandose. Agujeritos de luz, sombras elasticas...No es mas ni menos que la musica que genera el universo al desplazarse, sin dejar espacio para otro planeta que no fueran nuestros cuerpos arqueandose dentro del esqueleto mismo de la musica.