¡¿Me das una hora de tu tiempo?! - No te la pienso devolver.
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A veces me detengo a mirar el cielo. Lo hago inconscientemente, involuntariamente como si fuese el mismo cielo quien me dice que lo mire... Es entonces cuando surgen de mi cabeza tantos pensamientos. Es fácil en momentos como este perderse en la ambigüedad. Mas allá de eso existe algo que esta siempre en mi cabeza. revolviendo mi cráneo, y es ese profundo anhelo de poder estar a la altura de aquel viento, ese viento que es capaz de empujarlo todo.
Hablo de un viento que pocos conocen, y que no hace falta perder los estribos para acoplarse a él.
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