Sospecha de su propia estupidez y de sus miedos matutinos.
Camina lento como si la mochila que carga estuviese llena de verdad.
El Taciturno, no convida y se guarda lo mejor para él.
Sospecha de su delirio y en su vida teme no ser.
Es un tripulante absurdo de una nave llamada sensatez.
El Taciturno esta hecho del tiempo que otros muchos dejan caer,
para después convertirlo en un coyote lerdo y acostumbrado a perder
que cosecha su negligencia en revistas del ayer.
El Taciturno es como el viento que sopla
como la polvareda que levanta y el susurro romántico inefable ...
El Taciturno es presidente en la mesa más frívola de todas
y tiene licenciatura en las ciencias de la pasión.
El Taciturno consume sumisión, se alimenta de su soledad
y vuela tras los rayos... ligeros rayos ... ¡de la luz que lo arrebata!
El Taciturno, no se cansa, inconsciente pasajero de un destino
Inconsciente transeúnte de una calle sin veredas.
Inconsciente, Taciturno.
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