La muerte me toca el hombro
cuando giro, ya no esta.
El vidrio de la ventana de mi cuarto
no me deja ver, esta empañado
El frio pela con sus manos la cascara de la noche
Las paredes con escarcha, las sombras congeladas.
Solo habita este suburbio un silencio marginal.
Ya no respiro, mis pulmones hacen cera
una cera aromatizada con preguntas,
preguntas de antes de ayer
Ayer cuando eras solo un charco de hedionda agua moribunda
Ayer, justo antes de que des a luz a tu madre, la madre de todo.
Vomitaste con bronca, manchando a todo el porvenir
con tus condolencias y tu falsa fé.
Lucas Benitez.
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